martes, 6 de marzo de 2012

DISTINGA ENTRE DESEOS Y NECESIDADES


Aprenda a diferenciar las necesidades de los deseos

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La clave es definir cuánto está dispuesto a pagar para satisfacer las necesidades que tiene, para esto tenga en cuenta el dinero que realmente tiene disponible y el beneficio que cada cosa le genere.

Al tomar la decisión de ordenar sus finanzas, todos se preguntan por dónde arrancar. Y aunque puede resultar difícil, la opción obvia es comenzar a reducir los gastos que hacen que el dinero se desaparezca sin que usted se dé cuenta.

El primer paso es aprender a distinguir entre una necesidad y un deseo. Algunas de las cosas por las que usted paga son necesarias para vivir.

Entre éstas se encuentran la vivienda, las comidas y la ropa. Y dependiendo de la etapa de la vida en la que se encuentre, van apareciendo distintas necesidades. Por ejemplo, cuando niños pensamos que no podemos vivir sin una bicicleta o un juguete, cuando jóvenes sin ir a la universidad y cuando adultos sin un carro propio.

La clave es definir cuánto está dispuesto a pagar para satisfacer las necesidades que tiene, para esto tenga en cuenta el dinero que realmente tiene disponible y el beneficio que cada cosa le genere. Por ejemplo, para reducir el gasto de vivienda usted puede escoger un barrio más económico o decidir compartir su casa con otra persona.

Sin embargo, no todos los gastos que usted hace a diario satisfacen una necesidad. Normalmente, las personas destinan una suma significativa de sus ingresos a pagar gastos discrecionales que simplemente se destinan a algo que quieren, pero que no necesitan.

 Todos podemos vivir sin comprar el último televisor o videojuego, sin salir a comer todos los días por fuera de la casa o sin tener una finca de recreo, pero sería muy difícil hacerlo sin tener una casa donde vivir o que comer. Esa es la diferencia entre un deseo y una necesidad.

El segundo paso para ordenar y tomar el control de sus  finanzas personales es empezar a reducir los gastos discrecionales y después, ajustar los gastos necesarios.

Para hacer este ejercicio, vale la pena que se pregunte cuánto dinero gasta en café, cigarrillos, taxis, bebidas alcohólicas, comidas y salón de belleza, entre otros. Seguramente estos gastos le "quitan" una buena tajada de su dinero todos los meses. Aquí les damos algunos ejemplos.

Salir a tomar café todos los días le cuesta en promedio $60.000 al mes y $720.000 al año, dinero que le serviría para pagar mensualmente la factura de internet de su casa, un pasaje ida y vuelta a San Andrés en un fin de semana, o un computador portátil nuevo.
Este mismo cálculo también se puede hacer para los fumadores o para quienes toman licor. Una persona que consuma tres cajetillas semanalmente, gasta en promedio $36.000 al mes y $432.000 al año.

Mientras que alguien que todos los viernes se tome cinco cervezas después de salir del trabajo se gasta mensualmente cerca de $50.000, que son $600.000 en un año.

Por su parte, las personas que siempre compran el Baloto pensando que por fin van a poder volverse millonarios, no saben que al mes está gastando $44.000 y que la probabilidad de ganarse el premio mayor es de 0,000012%.

En otras palabras: en promedio, por cada 8.146.050 de boletos vendidos gana una persona. De hecho, es más probable sufrir un accidente doméstico, o ser alcanzado por un rayo que ganarse la lotería. Por eso, antes de incurrir en este tipo de gastos, es recomendable hacer un balance sobre los beneficios y desventajas que cada decisión genera sobre su economía.
tomado de cuidesubolsillo.com